José Antonio Rey Serrano

José Antonio Rey Serrano
1.966. Abogado.

lunes, 2 de marzo de 2009

LA OTRA MEJILLA

Los ataques contra la Iglesia Católica, contra sus miembros precisamente por serlo, contra sus dogmas y contra las recomendaciones y exigencias a los que profesan su Fe, están adquiriendo unas dimensiones realmente preocupantes. Hasta el punto de que fue el anterior Presidente del Tribunal Constitucional quien denunció dichas agresiones contra la libertad ideológica y de culto y, en definitiva, contra la libertad de expresión, calificándolas, muy acertadamente, como “canalladas”.

Basta asomarse a cualquier canal de televisión, incluidos los públicos, para comprobar que la blasfemia, el insulto y la persecución de la Religión Católica son los denominadores comunes de gran parte de sus programas.

Y podemos poner dos ejemplos, entre muchos.

Existe una película de Pedro Almodóvar (de quien, por cierto, conservo el original de su ficha de la Organización Juvenil Española, OJE) que se titula “La mala educación”, y en la que sin ningún tipo de contemplaciones se critica a la Iglesia Española de forma soez, dejándola en ridículo y poco menos que acusando al Clero de cometer de forma generalizada abusos sexuales contra menores en colegios religiosos.

Almodóvar, que se permite imputar, sin fundamento alguno, a los curas y monjas tan horrendas y nefandas prácticas, vive todavía de los derechos de autor de una canción que dice lo siguiente: “voy a ser mamá, voy a tener un bebé ... para explotarlo bien...lo vestiré de mujer, lo incrustaré en la pared...le llamaré lucifer...le enseñaré a vivir de la prostitución, le enseñaré a matar...”.

Esta canción, interpretada por este personaje y otro de su igual catadura, sigue distribuyéndose y, que yo sepa hasta ahora, ninguna de las asociaciones para la defensa de la infancia, ni ningún fiscal, ni nadie, ha procedido a instar las correspondientes acciones judiciales en defensa de los intereses de los menores y de su integridad; integridad que no puede verse más agredida cuando unos degenerados hacen apología, burla, escarnio y se mofan nada menos que de la explotación sexual de los niños y de los malos tratos que algunos reciben.


Otra prueba de este tipo de ataques contra lo más sagrado para millones de personas, es el insulto a la figura de Dios. Recordemos la representación de la obra teatral titulada “Me cago en Dios”, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid y subvencionada por una Comunidad Autónoma, gobernada, por cierto, por el Partido Popular, que ya les vale.

A los “intelectuales” autores de este tipo de bodrios a los que sin ningún pudor llaman cultura, no se les ocurrió realizar una representación o cantar una canción que se titule “Me cago en Alá”. ¿Y saben ustedes por qué? Porque son conscientes de que a partir de su simple anuncio su integridad física no valdría ni un solo céntimo e euro. Y es mucho más “valiente” atacar a aquellos que de antemano se sabe que no van a defenderse.

Gentuza.

Gran parte de los católicos hoy día no se defienden, no digo ya a base de mamporros (muy merecidos por algunos) , sino ni siquiera a través de otros medios legales, como puede ser una querella criminal.

Y ya va siendo hora de que salgamos de catacumbas, y hagamos frente, sin complejos, a esta persecución que sarcásticamente se basa en una supuesta libertad de expresión en detrimento y perjuicio del respeto a las creencias de millones de españoles.