José Antonio Rey Serrano

José Antonio Rey Serrano
1.966. Abogado.

jueves, 17 de diciembre de 2009

RUEGO A LA IGLESIA CATÓLICA

Hoy se ha aprobado por el Congreso de los Diputados la Ley Orgánica de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo. Dicha ley se publicará en el BOE, por orden y mandato del Rey de España, Juan Carlos I, quien mandará a todos los españoles cumplir con la misma.

Se ha hablado mucho sobre el hecho de que aquellos diputados que hayan votado a favor de lo que en definitiva es la legalización del aborto libre en España, deben ser excomulgados, apartados de la Iglesia Católica o considerados como “públicos pecadores”, circunstancia ésta que les impediría tomar la Sagrada Comunión.

Pero nada se ha dicho a propósito de la situación en la que se coloca aquella persona, desdela más alta representación del Estado, que ordena a todos los españoles que cumplan con una ley inmoral, injusta y que contraviene no sólo los preceptos de la Iglesia, sino los más elementales principios del Derecho Natural y que ni siquiera reconoce el derecho a la objeción de conciencia de todos y cada uno de los profesionales y empleados de la sanidad pública, quienes, en su mayoría han mostrado su disconformidad con la misma.

Como no espero otra cosa que la sanción Real de esta inmoralidad, y una vez que se consume, le pido a Su Santidad, a los altos Dignatarios de la Iglesia Católica, a los Cardenales y a los Obispos, a los Religiosos y Religiosas, a los Curas y a los Párrocos, que no sólo se les niegue la Comunión a aquellos que han votado, o que muestren públicamente su conformidad con la aprobación de la ley, o incluso que faciliten su aplicación y desarrollo, así como también, y por supuesto, a aquellos que la usen para abortar, sino que con mayor razón hay que negarle la comunión, y cualesquiera otros privilegios o consideraciones que, por razón de su cargo tenga, al Rey de España, Jefe del Estado, quien no ha tenido la valentía suficiente, faltando una vez más a sus juramentos y como depositario de una Tradición y vinculación de la Monarquía Española a la Santa Fe, como para negarse a suscribir tan inmoral texto legal, y a mayor abundamiento, ordenar su publicación y cumplimiento por parte de los españoles.

La posición pública que ocupa el Jefe del Estado, Don Juan Carlos de Borbón y Borbón, en el presente caso, le harán acreedor de un especial reproche moral, siendo merecedor, por tanto, de un mayor castigo o penitencia, pues mayor es la gravedad de su acto que la de un simple voto o manifestación pública de cualquier otra persona.

Difícilmente se puede compatibilizar su posición y actuación, desde mi punto de vista cobarde e inmoral, con el desempeño u ostentación de algunos de los títulos que posee, como por ejemplo el de Rey de Jerusalén y miembro o Maestre de Órdenes secularmente vinculadas a la Iglesia Católica, por lo que por parte del Papa, y no de forma puramente simbólica, considero que debería no sólo relegársele a la calificación, posición, estado o situación de “público pecador”, sino que debería procederse a retirarle cualesquiera consideraciones, privilegios, títulos u honores de carácter Católico, inherentes al título de Rey de España.

El Rey de España juró el día 22 de noviembre de 1.975. Y en ese juramento, cuando accedió a la Jefatura del Estado como sucesor del General Franco, se comprometió a ser fiel a unos principios. Ya ha perjurado en varias ocasiones. Esta sería una buena oportunidad para recuperar su dignidad, negándose a suscribir tan infame disposición legal, y al mismo tiempo reconciliarse con gran parte de la sociedad española harta ya de sus frivolidades, conveniencias e insustancialidades.

Si no lo hace, que no lo hará, a buen seguro que Dios se lo demandará.

domingo, 27 de septiembre de 2009

PRONTO LE VEREMOS, OTRA VEZ, MAJESTAD

Balduino, Rey de Bélgica, mostró siempre su respeto por la ley pero hubo algo por lo que no pasó.

El 29 de marzo de 1990 los diputados belgas aprobaron una ley que despenalizaba el aborto en Bélgica. Y aquello a Balduino no le gustó. Como en España el rey, en Bélgica el jefe del Estado ha de sancionar las leyes.

Balduino se negó a sancionar aquella ley estampando en ella su firma. Fueron vanos todos los intentos de juristas y consejeros para que lo hiciese. Iba contra su conciencia y contra sus principios, y asumió todas las consecuencias.

Al persistir el rey en su negativa, al final se buscó una solución: el 4 de abril Balduino dimitía y en virtud del artículo 82 de la Constitución belga el Consejo de Ministros asumía la Regencia y firmaba la ley del aborto. El día 5 se reunió el Parlamento belga y por 245 votos a favor y 93 abstenciones Balduino volvía de nuevo a ser Rey.


Al final Balduino se salió con la suya y consiguió no firmar aquella ley. El trono belga estuvo vacante durante 36 horas, corriendo un evidente riesgo.

Pero esas horas fueron, sin duda, las más gloriosas de su reinado, que quedó marcado en el corazon de los belgas.

Ahora diremos que eso era una trampa, que era ilegal, que fue un montaje, pero fue un gesto ejemplar, qué pena que no haya cundido, y menos en España.


Lo cierto es que cuando murió Balduino toda Bélgica se sintió conmovida. Y en todo el mundo, las embajadas belgas vieron cómo ciudadanos de a pie, que nada tenían que ver con Bélgica, acudían en gran número a dar su pésame.

Alguno dirá que en España el Rey Juan Carlos no puede hacer lo mismo qua Balduino.

Desde luego que no. Balduino era Balduino, y fue capaz. Don Juan Carlos es Don Juan Carlos y además fue y será incapaz.

Pero el aborto sigue siendo un crimen deleznable en Bélgica y en España.

sábado, 19 de septiembre de 2009

LA ANTESALA Y LA SALA DEL PERJURIO




1º 23 DE JULIO DE 1.969. EL ENTONCES PRÍNCIPE, DON JUAN CARLOS DE BORBÓN, PRESTA JURAMENTO DE FIDELIDAD A FRANCO Y A LOS PRINCIPIOS GENERALES DEL MOVIMIENTO NACIONAL


El 23 de julio de 1.969 se celebró una solemne sesión en las Cortes, por la tarde, acudiendo el Generalísimo junto con el Príncipe. El Jefe del Estado anunció que se iba a proceder a tomar juramento al Príncipe. Ante el Jefe del Estado y el presidente de las Cortes, el Príncipe hincó las rodillas sobre un cojín de terciopelo granate, colocado sobre una tarima de madera. Sobre la mesa, el libro de los Santos Evangelios, el mismo en el que prestaron juramento la Reina María Cristina, como Regente, y el Rey Alfonso XIII, bisabuela y abuelo, respectivamente del Príncipe don Juan Carlos.

El presidente de las Cortes preguntó al Príncipe:

– En nombre de Dios y sobre los Santos Evangelios, ¿juráis lealtad a Su Excelencia el Jefe del Estado y fidelidad a los Principios del Movimiento Nacional y demás leyes Fundamentales del Reino?

– Sí, juro lealtad a Su Excelencia el Jefe del Estado y fidelidad a los Principios del Movimiento Nacional y demás Leyes Fundamentales del Reino.

El presidente de las Cortes, don Antonio Iturmendi Bañales, concluyó

– Si así lo hiciereis que Dios os lo premie, y si no, os lo demande.


MENSAJE DEL PRÍNCIPE DON JUAN CARLOS DE BORBÓN (EXTRACTO)

A continuación S. A. R. pronunció el siguiente discurso:

– «Mi General, señores Ministros, señores Procuradores: Plenamente consciente de la responsabilidad que asumo, acabo de jurar, como Sucesor a título de Rey, lealtad a Su Excelencia el Jefe del Estado y fidelidad a los Principios del Movimiento Nacional y Leyes Fundamentales del Reino.

Quiero expresar en primer lugar, que recibo de Su Excelencia el Jefe del Estado y Generalísimo Franco, la legitimidad política surgida el 18 de julio de 1936, en medio de tantos sacrificios, de tantos sufrimientos, tristes, pero necesarios, para que nuestra patria encauzase de nuevo su destino.

España, en estos últimos años, ha recorrido un importantísimo camino bajo la dirección de Vuestra Excelencia. La paz que hemos vivido, los grandes progresos que en todos los órdenes se han realizado, el establecimiento de los fundamentos de una política social son cimientos para nuestro futuro. El haber encontrado el camino auténtico y el marcar la clara dirección de nuestro porvenir son la obra del hombre excepcional que España ha tenido la inmensa fortuna de que haya sido, y siga siendo por muchos años, el rector de nuestra política.

Ha sido preocupación fundamental de la política española en estos años la promoción del bienestar en el trabajo, pues no puede haber un pueblo grande y unido sin solidaridad nacida de la Justicia Social. En este campo nunca nos sentiremos satisfechos.


Nuestra concepción cristiana de la vida, la dignidad de la persona humana como portadora de valores eternos, son base y, a la vez, fines de la responsabilidad del gobernante en los distintos niveles del mando.


La Monarquía puede y debe ser un instrumento eficaz como sistema político si se sabe mantener un justo y verdadero equilibrio de poderes y se arraiga en la vida auténtica del pueblo español.
A las Cortes Españolas, representación de nuestro pueblo y herederas del mejor espíritu de participación popular en el Gobierno, les expreso mi gratitud. El juramento solemne ante vosotros de cumplir fielmente con mis deberes constitucionales es cuanto puedo hacer en esta hora de la historia de España.

Mi General: Desde que comencé mi aprendizaje de servicio a la Patria me he comprometido a hacer del cumplimiento del deber una exigencia imperativa de conciencia. A pesar de los grandes sacrificios que esta tarea pueda proporcionarme, estoy seguro que “mi pulso no temblará” para hacer cuanto fuere preciso en defensa de los Principios y Leyes que acabo de jurar.

En esta hora pido a Dios su ayuda y no dudo que Él nos la concederá si, como estoy seguro, con nuestra conducta y nuestro trabajo nos hacemos merecedores de ella.»


3º VUELVE A JURAR.

Juan Carlos de Borbón, el día 22 de noviembre de 1.975, una vez muerto Franco, vuelve a jurar:

"Juro por Dios y sobre los Santos Evangelios, cumplir y hacer cumplir las Leyes Fundamentales del Reino y guardar lealtad a los principios que informan el Movimiento Nacional."


4º EXTRACTO DEL MENSAJE DEL REY A LOS ESPAÑOLES EN EL MOMENTO DE SU PROCLAMACIÓN.


Madrid, 22 de noviembre de 1975

En esta hora, cargada de emoción y esperanza, llena de dolor por los acontecimientos que acabamos de vivir, asumo la Corona del Reino con pleno sentido de mi responsabilidad ante el pueblo español y de la honrosa obligación que para mí implica el cumplimiento de las leyes y el respeto de una tradición centenaria que ahora coinciden en el Trono.

Como Rey de España, título que me confieren la tradición histórica, las Leyes Fundamentales del Reino y el mandato legítimo de los españoles, me honro en dirigiros el primer mensaje de la Corona que brota de lo más profundo de mi corazón.

Una figura excepcional entra en la historia. El nombre de Francisco Franco será ya un jalón del acontecer español y un hito al que será imposible dejar de referirse para entender la clave de nuestra vida política contemporánea. Con respeto y gratitud quiero recordar la figura de quien durante tantos años asumió la pesada responsabilidad de conducir la gobernación del Estado. Su recuerdo constituirá para mí una exigencia de comportamiento y de lealtad para con las funciones que asumo al servicio de la patria. Es de pueblos grandes y nobles el saber recordar a quienes dedicaron su vida al servicio de un ideal. España nunca podrá olvidar a quien como soldado y estadista ha consagrado toda la existencia a su servicio...


Que cada uno lea y juzgue, en relación con sus juramentos, las posteriores acciones, omisiones, simpatías y antipatías del Monarca


FRANCO Y DON JUAN DE BORBÓN

Pocos conocen la posición que el padre del actual Rey de España, "demócrata de toda la vida", mantuvo con respecto a la Guerra Civil Española y el Movimiento Nacional.

Don Juan tuvo la inicial convicción de que la victoria de los sublevados iba a desencadenar en la restauración de la Monarquía en su persona. Como muestra de ello, vamos a analizar alguna de sus cartas, hasta el fin de la Guerra, pues luego se desengañó de ello, al comprobar que el Régimen y España marchaban sólos, camino de la recuperación y reconciliación, sin él.

1ª DON JUAN DE BORBÓN SUPLICA A FRANCO QUE LE DEJE ENTRAR EN COMBATE.

"7 de diciembre de 1936

Excmo. Sr. General Don Francisco Franco.

Mi respetado general:

En forma tal vez impremeditada, cuando la guerra de España tenía sólo el carácter de una lucha interna, he intentado tomar parte en ella. Aunque me impulsaban sentimientos bien ajenos a la política, comprendo y respeto las razones que entonces movieron a las autoridades a impedir mi incorporación a las tropas.Actualmente la lucha parece tomar, cada vez más, aspecto de una guerra contra enemigos exteriores, guerra en la que todos los buenos españoles de mi edad habrán podido hallar un puesto de combate. El deseo de hallarlo yo también, y en forma que aleje toda suspicacia, me mueve a someter a la benévola atención de V.E. mi aspiración.Según noticias de prensa, se hallará pronto listo para hacerse a la mar el crucero Baleares, en el que podría prestar algún servicio útil, ya que he realizado mis estudios en la Escuela Naval británica, he navegado dos años en el crucero Enterprise, y he seguido luego el curso especial de artillería en el Iron Duke antes de abandonar la Marina inglesa. Yo me incorporaría directamente al buque, me abstendría en absoluto de desembarcar en puerto alguno español y desde luego le empeño mi palabra de que no recibiría ni aún a mis amigos personales.Yo no sé, mi general, si al escribirle así infrinjo las normas protocolarias con que es usual dirigirse a un Jefe de Estado. Le ruego en todo caso disculpe el que confíe a su corazón de soldado este anhelo mío de servir a España al lado de mis compañeros.Con mis votos más fervientes por que Dios le ayude en la noble empresa de salvar a España, le ruego acepte el testimonio del respeto con que se reitera a sus órdenes y muy afectuosamente e.s.m.Juan de Borbón



2º CARTA DEL GENERALÍSIMO A DON JUAN, RECHAZANDO SU OFRECIMIENTO, CON MUY BUENAS PALABRAS. Creo que Franco siempre tuvo claro que la Restauración monárquica no pasaba por Don Juan de Borbón.

"Salamanca, 12 de enero de 1937.
S.A.R. Don Juan de Borbón.

Alteza:

Su carta llena de patriotismo y entusiasmo me llena como soldado de satisfacción al contrastar, una vez más, cuán arraigado están en V.A. las virtudes de la raza y cómo siente nuestra Realeza los problemas de nuestra querida España.Es verdad que la lucha por nosotros empeñada se sale de los límites de la nación para entrar en los internacionales, ya que no sólo se debate la suerte de España, sino también la de la civilización occidental y de la Iglesia católica, duramente atacadas por el comunismo ruso, con la complicidad y decidida cooperación de ciertos gobiernos extranjeros.Hubiera sido para mí muy grato el haber podido acceder a vuestro deseo, tan español como legítimo, de combatir en nuestra Marina por la causa de España; pero la seguridad de vuestra persona no permitiría que pudierais vivir bajo el sencillo título de oficial, pues el entusiasmo de unos y las oficiosidades de otros habrían de dificultar tan nobles propósitos; sin contar con que el lugar que ocupáis en el orden dinástico y las obligaciones que de él se derivan imponen a todos y exigen de vuestra parte sacrificar tan patrióticos como nobles y sentidos, al propio interés de la patria.Por todo ello, no obstante ser tan halagador vuestro deseo y tan valioso para la Marina española el aprovechamiento de vuestra pericia de oficial y vuestros sentimientos, en momentos que tantos compañeros han sido sacrificados por la barbarie roja, no me es posible seguir los dictados de mi corazón de soldado aceptando vuestros ofrecimientos.Muy agradecido en nombre de España y de todos los compañeros de este Ejército y Marina por vuestros fervientes votos y entusiasmo, sabéis que contáis con toda la simpatía y respetuoso afecto de este leal soldado que afectuosamente os saluda. Francisco Franco."


3º DON JUAN DE BORBÓN CONFÍAN EN QUE, TRAS LA VICTORIA DEL BANDO NACIONAL, QUE CREE SEGURA, SUS ASPIRACIONES SE VERÁN SATISFECHAS. Por eso, sigue adulando al Caudillo, manifestándole su adhesión más inquebrantable y llamando incluso, al año 1.937, como "segundo año triunfal". Veamos.


"Viale Parioli 112
Roma, 28-XII-1937, 2º. A .T. (segundo año triunfal)

Excmo. Sr. General Dn. Francisco Franco.

Mi respetado general:

La prensa inglesa y francesa repetidamente vienen ocupándose de la política futura de España y sacan a la luz pública mi nombre en relación con ella, como si yo sostuviese actividades de este tipo. Como quiero que en modo alguno pueda V.E. tener duda sobre mi actuación, le pongo estas líneas para asegurarle que a ninguna persona, española o extranjera, he autorizado a expresar otras ideas que mi deseo de obedecer las órdenes de V.E. como el mejor medio de servir a España y que nunca he tolerado se hablase en mi presencia de otra cosa. Precisamente por creer que sirvo de la mejor manera posible a España siguiendo fielmente sus consejos, es por lo que, contra mi corazón, no he intentado nuevamente ir a tomar parte con mis compatriotas en la Cruzada de la que V.E. es el glorioso Caudillo.Deseándole el mismo acierto que hasta ahora ha tenido para llevar a su fin la campaña y con ello la pacificación de España, quedo suyo affmo.


Juan de Borbón. "


4º SIGUE EL PELOTEO. Cuando las tropas nacionales conquistan Barcelona, Don Juan de Borbón no deja pasar la ocasión para felicitar al Caudillo por su victoria, lo cual Franco "agradece".

Telegrama de Don Juan:

"Felicito de corazón a V.E. con el orgullo de ser español por el victorioso remate tan ejemplar que redime para España queridas provincias catalanas. Con la emoción que siento ante el heroísmo invencible ejército, Generales y Mando Supremo le saluda afectuosamente. Juan de Borbón."

Respuesta de Franco:

"Recibo con vuestra felicitación el entusiasmo emocionado con que participáis en las glorias de nuestra juventud que forja la España Grande que todos anhelamos. En día tan señalado para nuestra Patria os envío el más afectuoso y sentido de los recuerdos. Generalísimo Franco. "


5º LA TRACA FINAL, con ¡¡ARRIBA ESPAÑA!! incluido.

Don Juan espera y desea ser llamado. Se intensifica el ánimo y la adhesíón al Caudillo hasta el climax. Con motivo de la victoria en la Guerra, Don Juan remite a Franco el siguiente telegrama:

"Generalísimo Franco. Burgos.
Uno mi voz nuevamente a la de tantos españoles para felicitar entusiasta y emocionadamente a V.E. por la liberación de la capital de España. La sangre generosa derramada por su mejor juventud será prenda segura del glorioso porvenir de España, Una, Grande y Libre. ¡Arriba España! Juan de Borbón."

A vuelta de correo, Franco le contestó:

"A S.A.R. don Juan de Borbón. Roma
Al recibir vuestro emocionado telegrama por la gran victoria nacional, me es grato recordar que entre esa juventud admirable, tan pródiga en el sacrificio, habéis intentado formar, solicitando reiteradamente un puesto de soldado. Por ello será realidad la España Una, Grande y Libre que evocáis.¡Arriba España!Generalísimo Franco. Burgos, 6 de abril de 1939. "


Franco no llamó nunca a reinar a Don Juan de Borbón, cuya desilusión y decepción crecieron hasta el despecho y le condujeron a la senda de la intriga, la traición y la conjura, que le impidió, de por vida, ocupar el trono español en España.

martes, 15 de septiembre de 2009

Benditos "trasnochados"


Ayer, en la Cope, un contertulio vino a decir algo parecido a que "es una pena que los únicos que fueron a Arenys de Munt a defender la únidad de España, fueron los trasnochados de la Falange".

Me hubiese gustado ver en las imágenes de la televisión a los jóvenes y a las "jóvenas" de las Nuevas Generaciones del PP, muy "modernos" ellos, defendiendo lo mismo y con la misma valentía y resolución. Pero eso es imposible, pues para ello hacen falta dos cosas de las que, desgraciadamente, carecen.

Se llaman valor y compromiso con España.

¡¡Benditos trasnochados!!

viernes, 4 de septiembre de 2009

PORVENIR Y TRADICIÓN

"Hoy presenciamos el lento suicidio de un pueblo que engañado mil veces por gárrulos sofistas, empobrecido, mermado y desolado, emplea en destrozarse las pocas fuerzas que le restan, y corriendo tras vanos trampantojos de una falsa y postiza cultura, en vez de cultivar su propio espíritu, que es lo único que redime y ennoblece a las razas y a las gentes, hace espantosa liquidación de su pasado, escarnece a cada momento las sombras de sus progenitores, huye de todo contacto con su pensamiento, reniega de cuanto en la historia nos hizo grandes, arroja a los cuatro vientos su riqueza artística y contempla con ojos estúpidos la destrucción de la única España que el mundo conoce, de la única cuyos recuerdos tienen virtud bastante para retardar nuestra agonía..."

"Donde no se conserve piadosamente la herencia de lo pasado, pobre o rica, grande o pequeña, no esperemos que brote un pensamiento original ni una idea dominadora. Un pueblo nuevo puede improvisarlo todo menos la cultura intelectual. Un pueblo viejo no puede renunciar a la suya sin extinguir la parte más noble de su vida y caer en una segunda infancia, muy próxima a la imbecilidad senil.".

Marcelino Menéndez Pelayo (1856-1912) . Ensayos de Crítica Filosófica.

viernes, 7 de agosto de 2009

1.931: LA DESERCIÓN DE ALFONSO XIII Y EL ADVENIMIENTO DE LA II REPÚBLICA

Los Historiadores comunistas y socialistas que hoy copan, para perjuicio de la historiografía y desgracia de sus alumnos, las Cátedras de las Facultades, tienden con especial empeño a la hora de analizar los antecedentes y las causas del Alzamiento del 18 de Julio de 1.936, a no indagar ni remontarse a los orígenes del convulso período que podríamos decir, haciendo un esfuerzo simplificador, que se inició en 1.931, por no datarlo mucho antes, con la celebración de las elecciones municipales y la huida de España del Rey Alfonso XIII.

Y de muestra sirve un botón. Santos Juliá, socialista empedernido, considera que “basta pensar que si un grupo de conspiradores militares hubiera mantenido la fidelidad al juramento de lealtad a la República que pronunciaron en su día, nunca habría comenzado una guerra entre españoles; habrían ocurrido otras cosas, pero no una guerra. No hay por tanto que ir mucho más allá de la insurrección militar de mediados de Julio de 1.936 para comenzar a entender la catástrofe que a partir de esa fecha se abatió sobre los españoles[1].

Lo anteriormente afirmado por Santos Juliá, a parte de ser un disparate desde el punto de vista del método del estudio histórico, impropio de un profesor universitario, que a buen seguro sus alumnos habrán podido apreciar a no ser que con sus encantadoras tesis los haya narcotizado ideológicamente, pone claramente de manifiesto la falta de rigurosidad a la hora de estudiar o analizar el suceso histórico, muy propia de la intelectualidad de izquierda.

A parte de lo anterior, la afirmación de Santos Juliá es tan reveladora como tendenciosa, pone de manifiesto su falta de método y anticipa lo parcial de su planteamiento. Es tendenciosa porque pretende no sacar a la luz de la historia toda una serie de acontecimientos de especial relevancia entre los que podríamos citar el advenimiento (ilegal) de la República laicista, la persecución religiosa e ideológica, la revolución de octubre de 1.934 y la primavera trágica de 1.936 que culminó con el asesinato de Calvo Sotelo por los socialistas, detonante éste de la Guerra Civil.

Pero es especialmente grave la afirmación del historiador socialista cuando viene a decir que de no haberse producido la insurrección militar hubiesen pasado en España “otras cosas”, pero no una guerra.

Pero Santos Juliá omite qué otro tipo de cosas hubiesen pasado, pero yo se las voy a señalar.

La situación en la primavera de 1.936 tras la victoria (fraudulenta) de los partidos que integraron el Frente Popular no era otra que la persecución y el exterminio del adversario político. El alzamiento del 18 de julio, que no fue exclusivamente militar, sino "cívico-militar", supuso el levantamiento y la rebelión de aquella "media España que no se resignaba a morir en manos de la otra media", en palabras de Gil Robles, por lo que aunque sólo fuese por esta razón estaba más que plenamente justificado dicho movimiento insurreccional.

Para Santos Juliá la persecución religiosa, el asesinato y los 2.225 muertos que según Stanley G. Payne se produjeron por violencia política desde abril de 1.931 al 17 de julio de 1.936, no son referentes importantes para determinar o analizar e indagar en las causas del conflicto. Resulta tan disparatado como impresentable.

La guerra civil española no puede considerarse como un hecho aislado, sin antecedentes ni contexto. Un estudio que pretenda ser medianamente serio sobre la misma tiene que profundizar en sus causas, sus precedentes y, sobre todo, en aquellos acontecimientos y hechos de importante relevancia histórica que se produjeron y que fueron causa directa del trágico desenlace.

Es falaz la consideración de la Segunda República española como un régimen impecablemente democrático.

Ni siquiera el advenimiento de la misma tuvo legitimación constitucional ni legitimidad democrática alguna, ya que en absoluto se planteó en las elecciones (municipales) que se celebraron el 12 de Abril de 1.931 el dirimir ni la forma de Gobierno, ni la orientación del mismo y ni muchísimo menos un cambio de modelo de Estado.

La instauración del régimen republicano fue, pues, absolutamente ilegal, expresión ésta que si bien puede sorprender puede ser debidamente documentada y es significativa la afirmación de D. Miguel Maura Gamazo, Ministro de la Gobernación de la República, que afirmó que "les regalaron el poder"[2] .

Pero no sólo fue antidemocrático e ilegal el advenimiento de la República, sino su propio comportamiento: Persecución religiosa e ideológica, radicalización extrema de los partidos republicanos (principalmente los socialistas y comunistas), graves desórdenes públicos y una absoluta y sistemática falta de respeto a los resultados electorales que se produjeron en sucesivos comicios.

La República “aterrizó” como régimen político en España, pues, de forma ilegal, ante la pasividad y apatía de los monárquicos y ante la cobardía y deslealtad del pusilánime monarca Don Alfonso XIII, quien arropándose en la famosa frase “ya no tengo el amor de mi pueblo” huyó de España, abandonando a los españoles a su suerte, sobre todo a aquellos que votaron a los partidos monárquicos en amplias zonas de la España rural, para pasar a disfrutar un cómodo “exilio” que algunos han pretendido mostrar como un camino o "vía crucis" de sufrimientos y añoranzas.

Los hechos sucedieron de la siguiente forma: Con fecha 12 de abril de 1.931 se celebraron, previa convocatoria realizada por el gobierno de Berenguer, unas elecciones municipales en las que de lo que se trataba era de elegir concejales y, por tanto, alcaldes en los municipios de España.

En dichas elecciones no se solicitaba la opinión de los Españoles a propósito de elegir la forma del Estado, ni tampoco se trataba de decidir si la Jefatura del mismo habría de ejercerla un Rey o un Presidente de la República y ni mucho menos se solicitaba el voto de los Españoles con la finalidad de ratificar o no la actuación de un monarca.

Los candidatos republicanos ganaron en las grandes ciudades, pero realmente el triunfo fue de los candidatos monárquicos. Fueron elegidos 22.150 candidatos monárquicos y 5.875 candidatos republicanos; de un total de 28.025 ediles electos, sólo eran republicanos uno de cada cinco: el 20,9%.

En definitiva, que la forma de gobierno republicana había sido rechazada por los españoles por un 79,1% de los votantes, independientemente de que, como hemos manifestado anteriormente, no fue el motivo de la consulta electoral el decidir un régimen u otro.

El Rey Alfonso XIII consideró que no contaba con el apoyo del pueblo y decidió huir de forma ignominiosa de España, abandonando sus obligaciones y a los españoles y sobre todo a aquellos que le habían mostrado su apoyo y adhesión. Le resultó mucho más cómodo retirarse a un cómodo exilio y dedicarse a lo que realmente le gustaba, dedicarse a los negocios, cazar y divertirse, incluso sin la compañía de su mujer.

Hoy día se tiende a justificar el comportamiento del Rey de forma absolutamente cortesana, pues nada hay más difícil de sostener que la indignidad de una persona que con su pusilánime comportamiento echó al traste no sólo con las esperanzas e ilusiones de gran parte del pueblo, sino que incluso su deserción sumió a España en una desestructuración y desvertebración que la abocaron al desorden y al enfrentamiento civil.



[1] JULIÁ, Santos. De “guerra contra el invasor” a “guerra fratricida”, en Víctimas de la Guerra Civil, Madrid, 1.999. 13-14.

[2] Miguel Maura: Así cayó Alfonso XIII, Ariel. Barcelona 1.966.

viernes, 8 de mayo de 2009

LOS DEFENSORES DE LA LIBERTAD (III). LA TERCERA PATA DEL BANCO: RAFAEL ALBERTI






Rafael Alberti, en una carta enviada a ABC el día 18 de marzo de 1.993 afirmaba que “es bien sabido que mis actividades durante la guerra se desarrollaron siempre en el ámbito cívico-cultural”.
Simplemente falso. Sus “actividades” fueron más allá de lo "cívico-cultural". Y así:

1º Colaboró con su mujer, María Teresa León, que era directora del periódico “Ayuda” del Socorro Rojo Internacional, a través del que se instó al fusilamiento del general republicano López Ochoa (que intervino en defensa de la República en la revolución de 1.934) solicitando que “las masas lo ajusticien”. Fue asesinado en el Hospital de Carabanchel donde estaba convaleciente, le cortaron la cabeza y la pasearon por Madrid en una estaca.

2º Blasfemo y resentido (había estudiado en un colegio de Jesuitas), dirigió, también junto con su mujer, el semanario denominado “El Mono Azul”. La redacción del periódico estaba en el palacio que le incautaron al Marqués de Duero y se imprimía en los talleres que le robaron a la Editorial Católica. En el primer número publicó Alberti el siguiente excremento:

“El Mono Azul sale ahora
De papel, pues sus papeles
Son provocarles las hieles
A Dios Padre y su señora”.

En este mismo número de “El Mono Azul” un tal Ruanova hacía burla del fusilamiento de un sacerdote que supuestamente había suplicado a sus asesinos que le perdonaran la vida.

3º Formó parte del Comité de Depuración (liquidación, exterminio), como Secretario, de la Asociación de Intelectuales Antifascistas, organización cuya finalidad era “depurar” ( asesinar), entre otros, a numerosos miembros de la Academia Española de la Lengua.

4º No queda clara su tan cacareada amistad con Federico García Lorca. Ramón Pérez de Ayala, incluso, le llegó a hacer culpable de la muerte del poeta granadino por haber leído en la radio unos versos injuriosos contra los alzados el día 18 de julio, diciendo que eran de García Lorca, lo que, parece ser, provocó su detención.
5º Admirador y propagandista babeante de Stalin, el gran genocida comunista, mayor incluso que el propio Hitler, llegó a escribir en 1.953 unos sonetos que no tienen desperdicio:
José Stalin ha muerto
Padre y maestro y camarada
Quiero llorar, quiero cantar
Que el agua clara me ilumine
Que tu alma clara me ilumine
En esta noche que te vas.

6º Torcuato Luca de Tena, en su libro que obtuvo el premio Espejo de España, en 1.993, llegó a escribir a propósito de Alberti que “cómo un hombre de talento se había degradado hasta envilecerse como poeta y como persona”. Según Luca de Tena, incitó y animó, con sus versos, al asesinato político, como lo demostraba el siguiente poema:
«Siega, segador, seguido,
con esa roja guadaña
las cabezas que en España,
hoja a hoja han impedido
que el sol llegue a la bodega.
Siégalas de un solo tajo.
Respondan al cascabel,
de José Antonio, Miguel, Queipo. Gil y el gran carajo».

Vemos, por tanto, que sus actividades se excedieron o extralimitaron del ámbito puramente cívico cultural, pues tomó parte activa en la represión y en los asesinatos durante la Guerra Civil Española; y luego, gran parte de su vida, se dedicó a la rastrera y sumisa propaganda del mayor asesino de la Historia, José Stalin.
Al igual que Dolores Ibárruri, La Pasionaria, Margarita Nelken, y Santiago Carrillo Solares, el asesino de Paracuellos, podemos considerar a Rafael Alberti Merelo como otro gran "defensor de la libertad".

lunes, 2 de marzo de 2009

LA OTRA MEJILLA

Los ataques contra la Iglesia Católica, contra sus miembros precisamente por serlo, contra sus dogmas y contra las recomendaciones y exigencias a los que profesan su Fe, están adquiriendo unas dimensiones realmente preocupantes. Hasta el punto de que fue el anterior Presidente del Tribunal Constitucional quien denunció dichas agresiones contra la libertad ideológica y de culto y, en definitiva, contra la libertad de expresión, calificándolas, muy acertadamente, como “canalladas”.

Basta asomarse a cualquier canal de televisión, incluidos los públicos, para comprobar que la blasfemia, el insulto y la persecución de la Religión Católica son los denominadores comunes de gran parte de sus programas.

Y podemos poner dos ejemplos, entre muchos.

Existe una película de Pedro Almodóvar (de quien, por cierto, conservo el original de su ficha de la Organización Juvenil Española, OJE) que se titula “La mala educación”, y en la que sin ningún tipo de contemplaciones se critica a la Iglesia Española de forma soez, dejándola en ridículo y poco menos que acusando al Clero de cometer de forma generalizada abusos sexuales contra menores en colegios religiosos.

Almodóvar, que se permite imputar, sin fundamento alguno, a los curas y monjas tan horrendas y nefandas prácticas, vive todavía de los derechos de autor de una canción que dice lo siguiente: “voy a ser mamá, voy a tener un bebé ... para explotarlo bien...lo vestiré de mujer, lo incrustaré en la pared...le llamaré lucifer...le enseñaré a vivir de la prostitución, le enseñaré a matar...”.

Esta canción, interpretada por este personaje y otro de su igual catadura, sigue distribuyéndose y, que yo sepa hasta ahora, ninguna de las asociaciones para la defensa de la infancia, ni ningún fiscal, ni nadie, ha procedido a instar las correspondientes acciones judiciales en defensa de los intereses de los menores y de su integridad; integridad que no puede verse más agredida cuando unos degenerados hacen apología, burla, escarnio y se mofan nada menos que de la explotación sexual de los niños y de los malos tratos que algunos reciben.


Otra prueba de este tipo de ataques contra lo más sagrado para millones de personas, es el insulto a la figura de Dios. Recordemos la representación de la obra teatral titulada “Me cago en Dios”, en el Círculo de Bellas Artes de Madrid y subvencionada por una Comunidad Autónoma, gobernada, por cierto, por el Partido Popular, que ya les vale.

A los “intelectuales” autores de este tipo de bodrios a los que sin ningún pudor llaman cultura, no se les ocurrió realizar una representación o cantar una canción que se titule “Me cago en Alá”. ¿Y saben ustedes por qué? Porque son conscientes de que a partir de su simple anuncio su integridad física no valdría ni un solo céntimo e euro. Y es mucho más “valiente” atacar a aquellos que de antemano se sabe que no van a defenderse.

Gentuza.

Gran parte de los católicos hoy día no se defienden, no digo ya a base de mamporros (muy merecidos por algunos) , sino ni siquiera a través de otros medios legales, como puede ser una querella criminal.

Y ya va siendo hora de que salgamos de catacumbas, y hagamos frente, sin complejos, a esta persecución que sarcásticamente se basa en una supuesta libertad de expresión en detrimento y perjuicio del respeto a las creencias de millones de españoles.

viernes, 27 de febrero de 2009

FALANGISTAS Y COMISIONES OBRERAS

jueves 21 de febrero de 2008

El papel de los falangistas en la fundación de CC.OO.

Por su interés reproducimos un artículo de Diego Márquez Horrillo, actual Jefe Nacional de Falange Española de las JONS, sobre este tema. Aunque el más conocido es el papel del falangista Ceferino Maestú en la fundación de Comisiones Obreras (luego copada por los comunistas), es interesante conocer el protagonismo de otros falangistas en general, y especialmente del Centro Social Manuel Mateo (antigua organización que inspiró en buena medida el nacimiento del Foro Social Manuel Mateo).
El artículo es el siguiente:
COMISIONES OBRERAS, POR DIEGO MÁRQUEZ
A primeros del año 1963 se crea el Centro Social “Manuel Mateo” que toma su denominación del nombre del que fue, nombrado por José Antonio, el primer Jefe de la Central Obrera Nacional Sindicalista (C.O.N.S.).
Manuel Mateo provenía del Partido Comunista, donde fue Secretario de Organizacion y miembro del Comité Central del Partido. Fue asesinado en Agosto de 1936, por sus antiguos camaradas del Partido Comunista.
El Centro Social Manuel Mateo tenía como fin fundamental encabezar las reivindicaciones sociales y laborales de los trabajadores que la Organizacion Sindical oficial no podía plantear. Para ello se crearon en su seno unas comisiones de trabajadores que se denominaron Comisiones Obreras.
En 1966, siendo yo Presidente del Círculo José Antonio de Madrid, se me invitó a formar parte de una candidatura de Junta Directiva como Vicepresidente del Centro. Acepté y durante unos años desempeñé dicho cargo y además asesoré jurídicamente a diversas Comisiones Obreras en sus conflictos laborales con importantes empresas (Standard, Marconi, Perkins, RENFE, Mahou, etc.). Con nosotros, los falangistas, formaron parte, como dirigentes, los comunistas Marcelino Camacho y Julián Ariza, entre otros.
A finales de los sesenta la Policía, cumpliendo órdenes del Gobierno, clausuró los locales del Centro. Marcelino Camacho, el día que se produjo la citada clausura y desconociendo tal situación, había convocado en el Centro una reunión de la Comisión de Marconi. Al llegar al local y encontrarse con la sede clausurada y precintada con los sellos de la Policía, se vio en la calle con un centenar de obreros de dicha empresa, sin saber cómo resolver una situación que se iba complicando por las protestas en plena calle (la calle Vergara, donde estaba situado el Centro, es una calle estrecha y de mucho tráfico) de los convocados a la antedicha reunión.
En esos momentos difíciles Marcelino Camacho me llamó al Círculo José Antonio, donde yo, como casi todas las tardes, me encontraba, para comunicarme el conflicto que se había producido y el ambiente, cada vez más violento, que se estaba creando y que podía desembocar en una grave alteración del orden.
Ante esta situación le ofrecí el salón de actos del Círculo para que pudiesen celebrar la reunión, ofrecimiento que aceptó, supongo que encantado, por lo que al poco rato se presentaron en los locales del Círculo José Antonio Marcelino Camacho y los componentes de la Comisión a los que se les facilitó el uso del salón de actos del Círculo. Marcelino me propuso que yo presidiera, con él, la reunión, ofrecimiento que agradecí pero que no acepté por entender que mi presencia en dicha reunión, a pesar de que todos conocían mi vinculación con el Centro Manuel Mateo y con las distintas Comisiones Obreras, podría coartar la plena libertad en la que debía celebrarse la reunión, por lo que el encuentro se llevó a cabo bajo la presidencia de Marcelino Camacho.
Sé ciertamente que Marcelino Camacho me agradeció el hecho de cederle los locales del Círculo José Antonio y que ya siendo dirigente del Partido Comunista y líder de Comisiones Obreras, no ha tenido reparo en expresarlo públicamente. El intento de los falangistas del Centro Social Manuel Mateo de atraer a nuestras filas a núcleos importantes de trabajadores, se vio malogrado por la falta de visión política de los gobernantes y dirigentes del Movimiento que lograron la desaparición del Centro Manuel Mateo y la consiguiente alineación política de Comisiones Obreras con el Partido Comunista Español.
Fdo. Diego Márquez Horrillo
Publicado por Foro Social Manuel Mateo en 1:25 AM

jueves, 19 de febrero de 2009

PREVENCION ESPECIAL, PREVENCION GENERAL

* Artículo escrito y publicado en el año 2.002 y que por su actualidad reproducimos hoy.


“El fin de la pena no es otro que impedir al reo causar nuevos daños a sus ciudadanos y retraer a los demás de la comisión de otros iguales. Luego deberán ser escogidas aquellas penas y aquel método de imponerlas que guardada la proporción hagan una impresión más eficaz y más durable sobre los ánimos de los hombres...”. (Cesare Bonesana, Marqués de Beccaria, “De los delitos y las penas”. Año 1.764).

En la actualidad casi todos los tratadistas de Derecho Penal coinciden en que la función de aplicar una pena a un delincuente, privándole de libertad o aplicándole cualquier otro tipo de sanción a raíz de la comisión de un delito, no es la realización de la Justicia por medio del castigo, sino que la función primordial de la pena es la tutela jurídica, bien entendida ésta como la protección de bienes, derechos e intereses cuyo disfrute han de garantizar las leyes, y en general el Derecho.

La pena así entendida tiene, al hilo de la cita de Beccaria que al inicio se reproduce, una doble finalidad: La prevención general y la prevención especial. La prevención general no es otra cosa que el efecto disuasorio que la imposición de un castigo ejerce sobre la totalidad de los ciudadanos, en el sentido de que todos sepan que quien cometa determinado delito se le castigará con la correspondiente pena. La prevención especial consiste en impedir la repetición del delito por parte de quien ya lo ha cometido y respecto al que no fueron suficientes los mecanismos preventivos generales. En definitiva, de lo que se trata es que el delincuente “escarmiente” y no vuelva a cometer la infracción penal y que todos los ciudadanos queden disuadidos de cometer delitos al tener constancia de que la comisión de los mismos no quedará impune.

Hoy día en España, la función de prevención general de la pena ha perdido intensidad, y ello es debido a que resulta relativamente “barato” desde el punto de vista del cumplimiento de la condena la comisión de determinados delitos. Y esto es así porque el delincuente echa sus cuentas: A la hora de cometer un delito valora la consecuencia de su acto en cuanto a la pena que le aplicarán en caso de que sea detenido y juzgado. Si un joven de dieciocho años, militante de ETA, comprueba que un correligionario suyo, por pertenecer a la banda armada y haber cometido un atentado terrorista con estragos se le ha impuesto una condena de treinta años de prisión, y que a los diez años de su detención ya se encuentra gozando de libertad, llega a la conclusión de que el castigo no es tan gravoso y decide delinquir, ya que cuando salga de la cárcel tendrá veintiocho años, todavía será joven.

Mucha gente me pregunta, como Abogado, que cómo es posible que un criminal terrorista que ha asesinado a una o a varias personas, que en absoluto ha mostrado su arrepentimiento de forma creíble, que ni siquiera ha cumplido los años de cárcel a los que se le condenó y que ni mucho menos ha cumplido con la obligación de indemnizar a las víctimas o a sus herederos por la responsabilidad civil derivada de su delito, antes del transcurso de pocos años se encuentre en libertad. Tengo que confesar que me resulta muy difícil contestar, justificando legalmente la razón de ello.

En algunos casos digo que por buen comportamiento en la cárcel y por trabajar en la misma se puede obtener una redención de la pena impuesta; en otros casos por razón de enfermedad; también me esmero en explicar que la pena lo que persigue es la reinserción social del delincuente, la reeducación del mismo y que un sistema penitenciario como el nuestro, en principio, debe intentar conseguir la rehabilitación de las personas y que la efectividad de las penas pierde virtualidad cuando una persona ya está rehabilitada.

Ante esos alegatos que ni yo mismo me creo por lo que mis explicaciones no deben ser muy convincentes, vuelven a preguntarme: “¿Cómo que por portarse bien en la cárcel? ¿Es que acaso se consiente en la cárcel que alguien se porte mal? ¿Cómo que por trabajar en la cárcel? ¿Es que ese trabajo no es obligatorio para que con el producto del mismo se resarza a las víctimas y se les indemnice por la comisión del delito? ¿Es que en las cárceles no hay hospitales? ¿Cómo se demuestra que un delincuente está realmente arrepentido? ¿Quién es el que considera que un delincuente no va a delinquir más? ¿Quién es el responsable de que nada más salir en libertad antes del cumplimiento de la condena el delincuente vuelva a cometer un delito? ¿También el juez que lo ha puesto en libertad, o el psicólogo, o el asistente social?”....En definitiva una serie de preguntas con más fundamento y rigurosidad que mis propias explicaciones.

Y ciertamente resulta muy difícil justificar, y mucho más difícil entender por un ciudadano desconocedor de las leyes, que criminales con asesinatos en su currículo, con responsabilidades dentro de una banda de criminales, no sólo se encuentren en libertad, sino que incluso hayan estado o estén disfrutando de cuantiosas retribuciones a cargo de los presupuestos públicos. Es indignante, no sólo para la sociedad, sino moralmente inaceptable para los familiares de las víctimas que los asesinos estén disfrutando de una libertad condicional, es decir, de un beneficio penitenciario, tras haber estado en prisión tan solo unos cuantos años del total al que fueron condenados, con el pretexto de que han tenido un buen comportamiento o han manifestado su arrepentimiento.

El pasado día 26 de Diciembre, y ante la alarma social que ha causado el hecho de que el autor del último asesinato de un Guardia Civil estuviese disfrutando de un “beneficio penitenciario”, el Gobierno por anuncio de su Presidente ha manifestado a la opinión pública su intención de aprobar un anteproyecto de Ley Orgánica para reformar determinados artículos del Código Penal con la finalidad de que los condenados por determinados delitos, entre ellos los terroristas, cumplan íntegramente las penas privativas de libertad y que los beneficios penitenciarios se apliquen sobre la totalidad de los años de condena y no sobre el límite máximo de los treinta años de cumplimiento.

Aunque más vale tarde que nunca, y aunque una vez más la reacción de los políticos sea retardada respecto al sentir social, pienso que dicha iniciativa no sólo es positiva, sino absolutamente necesaria para combatir esta manifestación de delincuencia común desgarradora y con gran repercusión y alarma social que es el terrorismo. Parece ser que en principio los principales partidos políticos son favorables a la adopción de dichas medidas, aunque con matices, y no sólo porque son positivas y necesarias, sino porque cuentan con el apoyo de la mayoría de sus votantes.

Y pienso que dicha reforma es necesaria no sólo para que la pena cumpla sus fines, la prevención general y la prevención especial, sino también para proteger a la sociedad, sustrayendo de la misma y poniendo a buen recaudo penitenciario a los terroristas y autores del resto de los delitos muy graves, al menos durante el tiempo suficiente como para que la sociedad respire aliviada y ellos puedan tranquilamente no sólo meditar el alcance de sus actos, cumpliendo la condena impuesta, sino también hacerse cargo de su obligación de abonar a las victimas o sus familiares las correspondientes indemnizaciones.

Algunas personas piensan que las penas privativas de libertad tienen como principal y casi único objetivo la rehabilitación social del delincuente. Allá cada uno que piense lo que quiera, pero lo verdaderamente cierto es que la mayoría de los penados cuando salen de la cárcel sin haber cumplido íntegramente las penas impuestas, vuelven a delinquir; y algunos considerarán que esto es un fracaso del sistema penitenciario, o incluso algún filosofastro dirá también que de lo que se trata es de un fracaso social, pero lo realmente importante es que mientras que algunas alimañaas están encerradas, no molestan al resto de los ciudadanos que día a día hacen un esfuerzo por cumplir las leyes y llevar una vida en paz y respetuosa con sus semejantes.

miércoles, 18 de febrero de 2009

LOS DEFENSORES DE LA LIBERTAD (II): MARGARITA NELKEN







Y aquella tarde, contra
Las luces del crepúsculo sangriento,
Una walkiria rubia, desmelenada al viento,
Llena los aires de rencor: “Las piedras
Del Alcázar—les grita—serán lechos
Para nuestras mujeres y nuestros milicianos”.
Y las uñas sangrantes de sus manos
Repintadas profanan la serena
Tarde y la dulce Sagra de abejas de oro llena.
¡Ay, maldita, maldita
tú, la hebrea; la del hijo sin padre: Margarita!
¡Nombre de flor y espíritu de hiena!"

José María Pemán.
Dolor y Gloria de Toledo.
Poema de la Bestia y el Angel.



“Nombre de flor y espíritu de hiena”. De esta forma se refería el gran escritor José María Pemán a Margarita Nelken, diputada que fue socialista primero y luego comunista, y uno de los personajes con más protagonismo y responsabilid criminal no sólo en el Madrid sometido al terror revolucionario, sino en toda la zona roja, alla por el año 1.936 y hasta el año 1.939.


Margarita Nelken fue la mayor instigadora y musa de la represión en el Madrid de 1.936; inspiró las grandes sacas y asesinatos producidos en la capital de España desde que se produjo el levantamiento cívico-militar, e hizo gala de una maldad, crueldad y vesania sin precedentes.

Pertenecía al sector más radical del PSOE. Fue elegida diputada en cortes por la circunscripción de Badajoz. Posteriormente, en 1.937 ingresó en el partido comunista. Al igual que gran parte de los responsables de los genocidios y asesinatos, se dio prisa en salir de España y eludir el justo castigo por sus gravísimas responsabilidades. Se marchó a Méjico y se dedicó a la crítica de arte desempeñando un puesto en el Ministerio de Educación.

Su crueldad era extrema. Fue la que acuñó el término “depuración”, refiriéndose a la necesidad de liquidar o exterminar físicamente a todos los presos políticos que estaban detenidos en Madrid, así como una de las principales instigadoras del asesinato en masa.

Los historiadores Javier Valero y Matilde Vázquez en su libro “La Guerra Civil en Madrid”[1] manifestaban que lo que significaba el término “depuración” lo explicaba perfectamente la diputada socialista Margarita Nelken: “liquidar a los enemigos que ocupan cargos en los ministerios”. Pero ella misma consideraba que eso no era suficiente y por eso se crearon en muy diversas instancias de la vida española toda clase de “comités de depuración”.

“No, no basta para darnos garantías con liquidar a los enemigos que ocupan cargos en los ministerios. Para tener esas garantías indispensables, para que nuestros combatientes del frente sientan las espaldas protegidas, para que o tengan el temor de que les apuñalen por detrás, es preciso ir al fondo del asunto...”[2]

García Oliver (Anarquista, delincuente y Ministro de Justicia en 1.936), cuenta que le apercibieron "de los manejos que se trae la comunista Margarita Nelken, que al frente de un comité de Juventudes Socialistas Unificadas es quien asume las funciones ejecutivas de la justicia en Madrid. Opera camuflada en una pequeña oficina del Ministerio de la Guerra. Ten cuidado con los que la rodean: la mayor parte son jóvenes guardias de asalto vestidos de paisano”[3]


Margarita Nelken y Mausberger, nació en Madrid en el año 1.896 y falleció en Mejico en 1968.




Probablemente haya descendido a lo más profundo de los infiernos en donde, sin ninguna duda, está esperando la llegada de Santiago Carrillo Solares.



[1] Editorial Tebas, 1.978. Página 106 y siguientes.
[2] Claridad, 11 de agosto de 1.936.
[3] Juan García Oliver. “El eco de los pasos”. Barcelona, Ibérica de Ediciones 1978.

sábado, 31 de enero de 2009

LA DERECHA ESPAÑOLA Y SU COMPLEJO

A los políticos profesionales de la derecha les gusta definirse como de "centro de derecha", o pertenecientes al "centro reformista".

En el fondo, lo que les da vergüenza es autodefinirse como lo que son: De derechas. Y no acabo de entender por qué. Parece como si al no reconocerlo estuviesen poco menos que pidiendo permiso a los "progres" o a los que, sin complejos, se definen como izquierdistas y a quienes otorgan la patente de la fábrica de expedición de carnets de demócrata.

A lo largo de la historia de España ha quedado demostrado que cualquier otro partido ha tenido un comportamiento más democrático que los de izquierdas. Para comprobar esto basta asomarse siquiera someramente a la historia de la II República Española o, más reciente, asomarse a todo el proceso de la transición española, que fue prevista, organizada por el Generalísimo Franco y dirigida por personas que provenían de puestos destacadísimos del régimen, y gracias a ellos.

De haber sido un régimen de izquierdas el que hubiese estado instalado en España a lo largo de casi 40 años, a buen seguro la transición a la democracia hubiese sido violenta, como ha ocurrido en otros países de europa.

Niego que el bando de las izquierdas fuese "el de los buenos"; y que el bando de las derechas "el de los malos". Aunque éste último, sin duda alguna, es "el de los tontos".