José Antonio Rey Serrano

José Antonio Rey Serrano
1.966. Abogado.

sábado, 2 de junio de 2007

LOS DEFENSORES DE LA LIBERTAD (I): SANTIAGO CARRILLO, EL ASESINO DE PARACUELLOS.


“Nos hemos preocupado un poco en limpiar la retaguardia. Es difícil asegurar que en Madrid está liquidada la Quinta Columna, pero lo que sí es cierto es que allí se le han dado los golpes más fuertes (¡Muy bien! Grandes aplausos)...Y esto-hay que proclamarlo muy alto- se debe a la preocupación del Partido y al trabajo abnegado, constante, de dos camaradas nuevos, pero tan queridos por nosotros como si fueran viejos militantes de nuestro partido, el camarada Carrillo, cuando fue Consejero de Orden Público, y el camarada Cazorla, que lo es ahora (Grandes aplausos)”.[1]


Con estas palabras se refería el comunista Francisco Antón, amante de La Pasionaria, a la actuación de Santiago Carrillo Solares cuando desempeñó su cargo de Consejero de Orden Público en el otoño de 1.936 en Madrid.

El “abnegado” trabajo de Santiago Carrillo en Madrid de 1.936 consistió principalmente en ser el ordenante, ejecutor y responsable de las grandes sacas de presos políticos de las Cárceles de Madrid y su posterior asesinato. Y dicho trabajo fue descrito por el propio Carrillo quien, presumiendo, decía en el Pleno del Comité Central del Partido Comunista de España celebrada en Valencia en 1.937 que “si nosotros tenemos el sesenta por ciento de nuestros militantes en el Ejército Regular, ¿quién nos puede negar el derecho de sumarnos a la voz del Partido Comunista, el derecho de sumarnos a la voz de todas aquellas fuerzas populares que trabajan porque esos miles de hombres luchen con la garantía de una retaguardia cubierta, de una retaguardia limpia y libre de traidores? No es un crimen, no es una maniobra, es un deber exigir una tal depuración”.

Tras la publicación en el año 1.994 del libro de Ricardo de la Cierva “Carrillo Miente”, tras la publicación del libro de César Vidal “Checas de Madrid”, y tras los documentos esgrimidos sobre todo en el primero de ellos, queda meridianamente demostrada la responsabilidad de Santiago Carrillo Solares como autor material, como ejecutor, de los asesinatos en masa cometidos por el Frente Popular en el otoño de 1.936 en Madrid.

El magistrado Garzón, que ahora se dedica a poner en libertad a miembros de la ETA y a permitir las manifestaciones y actos públicos de los etarras y su presentación a las elecciones municipales, inadmitió a trámite una querella contra Santiago Carrillo por un delito de genocidio cuando no tuvo reparo alguno en procesar y perseguir a dictadores de otros países con la excusa de que habían asesinado a algún ciudadano español.

Esta es una prueba más de la distinta vara de medir que usa en España la Izquierda (de la que Garzón fue un importante exponente, no olvidemos que se presentó a unas elecciones generales a diputado por Madrid, creo recordar que el número tres de la lista del Partido Socialista): Se persigue a los dictadores de derechas pero a los de izquierda y a los criminales de esa ideología se les deja en paz o incluso se les honra.

Y esto es lo que ocurre en España: un asesino genocida, el mayor de la España contemporánea, Santiago Carrillo Solares, es ahora amigo del Rey y se permite el lujo de dar clases y lecciones de ética en la SER.

Algún día, espero que los españoles, y el propio Rey, se den cuenta de ambas monstruosidades.



[1] Francisco Antón. Comunista. Discurso pronunciado en el Pleno Ampliado del Comité Central del Partido Comunista de España que se celebró en Valencia los días 7 y 8 de Marzo de 1.937. Citado por Rafael Casas de la Vega, “El Terror...”. Páginas 238-239.